Publicado por Joaquín Olona en iagua (8-07-2015)

John Nash (13-06-1928), Nobel de Economía (1995) y premio Abel de Matemáticas (2015) popularizado por la película “Una mente maravillosa” (2002), falleció el pasado día 23 de mayo junto a su esposa en un accidente de tráfico. Su contribución a la teoría de juegos es muy relevante para la gobernanza de los recursos que, como el agua, no responden necesariamente a los postulados del mercado.

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Publicado por Joaquín Olona en iagua (11-02-2015).

El Partenariado del Agua del Ebro promueve la mejora institucional de la gobernanza del agua basada en la acción colectiva, directa y responsable, de los usuarios en el marco de las cuencas hidrográficas.

En su manifiesto de 19-01-2015, el Partenariado insta a los órganos competentes para que, en el ejercicio de sus responsabilidades y competencias, actúen en defensa del principio de unidad de cuenca y de los sistemas hidráulicos. La ley que se rechaza es un nuevo ejemplo de degradación y desprestigio del patrimonio institucional que fundamenta la gobernanza española del agua.

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Publicado por Joaquin Olona en Heraldo de Aragón (3-01-2015) y anteriormente en iagua (23-12-2014).

La Ley 10/2014 de Aguas y Ríos de Aragón, promulgada recientemente por las Cortes de Aragón, pone nuevamente en cuestión un prinicipio esencial para la gobernanza del agia como es el de la unidad de cuenca.

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Publicado por Joaquín Olona en iagua el 25 de marzo de 2014.

En el mundo real, muchos de los problemas económicos, sociales y políticos se asemejan a los juegos, donde los resultados dependen de las decisiones que toman determinados agentes concretos (jugadores) actuando conforme a estrategias que tienen en cuenta la influencia conjunta de las decisiones propias y ajenas.

El ejemplo que se muestra, inspirado en el formulado por K. Madani (2010), reproduce el Dilema del Prisionero (A. W. Tucker, 1950), un juego que sirve de modelo para muchos de los conflictos del agua y de los recursos naturales (Carraro et al, 2005). Demuestra que el interés privado no necesariamente conduce al interés general. También, que la asignación eficiente del agua exige instituciones más complejas, avanzadas y descentralizadas que las que rigen el libre y simple juego de la oferta y la demanda.

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Ponencia presentada en la Conferencia Internacional sobre Modelos de Buena Gobernanza del Agua y Stop al CO2. Life Power Project. Logroño, 12 de Septiembre de 2013.

Siendo determinante la innovación tecnológica en el ámbito del uso agrario del agua y la energía, el verdadero reto es institucional. Los avances tecnológicos se producirán con toda seguridad, aquí o allá da igual puesto que se transfieren y adaptan con suma facilidad. Lo que no es tan seguro es que se produzcan los avances institucionales necesarios para lograr el uso eficiente del agua que, por ser específicos del territorio, no se pueden copiar.

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Por Joaquín Olona. Curso de Derecho Agrario y Gestión del Agua. Confederación Hidrográfica del Ebro. 30 de Mayo de 2013.

Urge implementar una política de agua más realista y eficaz mediante una una nueva gobernanza acorde con la realidad alimentaria y energética, que supere el vigente paradigma de la escasez y el subdesarrollo tecnológico e institucional mediante la innovación.

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Conferencia XL aniversario cursos IAMZ, 11 de Mayo de 2013.


 

Probablemente, la principal amenaza de la humanidad no sea la escasez de recursos naturales sino la contaminación ambiental y el subdesarrollo institucional. En el siglo XIX no fueron capaces de intuir los profundos cambios que desencadenarían los grandes avances científicos del siglo XX. Quizás ahora tampoco seamos capaces de imaginar los profundos cambios que desencadenarán los avances institucionales del siglo XXI y siguientes.

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Por Joaquín Olona. Publicado en iagua 17-03-2013. http://www.iagua.es/blogs/joaquin-olona/cooperacion-en-materia-de-agua-el-reto-del-desarrollo-institucional

Tratándose del agua, incluso los enemigos más hostiles, son capaces de cooperar y alcanzar acuerdos robustos y estables.

ELINOR OSTROM SUGIERE QUE LA ECONOMÍA Y LA POLÍTICA HARÍAN BIEN EN INDAGAR, CON LA PROFUNDIDAD Y MEDIOS ADECUADOS, EN EL PATRIMONIO CULTURAL Y SOCIAL DEL MUNDO RURAL.

Nunca han faltado, ni faltan, quienes han augurado toda clase de fatalidades como consecuencia del agotamiento de los recursos naturales. El primero en hacerlo formalmente fue Thomas Robert Malthus, quien en 1798 anunció que la agricultura no sería capaz de dar respuesta al crecimiento de la población. Otro, más reciente, fue Garret Hardin quien, en 1968, publicó en Science el artículo “La tragedia de los comunes”. En él afirmaba, nada más y nada menos, que la libertad reproductiva humana es intolerable porque conduce a la ruina colectiva a través de la sobrepoblación. En tiempos de Malthus el mundo tenía 850 millones de habitantes y cuando el artículo de Hardin, unos 3.500 millones. Pronto seremos 7.000 millones y por suerte, al menos de momento, los hechos no han dado la razón a ninguno de los dos.

En realidad, “la tragedia de los comunes” fue una parábola que formuló en 1833el matemático William Foster Lloyd. Con ella rebatía la idea de Adam Smith de que cuando cada individuo actúa en su propio beneficio está contribuyendo al interés colectivo. Un pastor que aprovechaba unos pastos comunales decidió añadir a su rebaño una oveja entendiendo que su beneficio no ocasionaría perjuicios perceptibles (…total, por una oveja más…). Así, de una en una, fue añadiendo ovejas al rebaño. Los demás pastores hicieron lo mismo. El aumento de las ovejas, de una en una, llevó finalmente al agotamiento de los pastos, a la pérdida de todas las ovejas, que murieron de hambre, y a la desaparición de la sociedad pastoril.

A pesar de su aparente ingenuidad, el cuento ha motivado una profunda reflexión en la que Elinor Ostrom ha destacado hasta el punto de convertirse en la primera mujer en obtener el Nóbel de Economía. A partir de numerosos estudios de casos concluye que los bienes comunes no siempre acaban en tragedia. Identifica casos cuyo éxito, que no se explica por el análisis económico convencional, lo atribuye al funcionamiento eficaz de instituciones tradicionales, que son ajenas al mercado y al Estado. Dichas instituciones demuestran su capacidad para resolver dilemas derivados de conflictos de interés así como para garantizar el buen estado y conservación de los recursos.  En España tenemos abundantes  ejemplos: Comunidades de Regantes, Montes y Pastos Comunales, Cofradías de Pescadores y otras figuras similares.

El trabajo de Ostrom muestra que podría existir una tercera vía, además de las dos habitualmente presentadas como únicas: el mercado y el Estado. Sin embargo, por asociarse con fórmulas ancestrales, rurales e inaccesibles a los análisis convencionales, permanece invisible e inexplorada, cuando no despreciada. Son normas y costumbres locales, supervisadas por los propios interesados y basadas en la cultura y el conocimiento tradicional acumulado por generaciones. Sólo si se analizan de forma adecuada, Ostrom lo ha hecho aplicando la Teoría de Juegos, muestran su capacidad  para la gestión eficiente de recursos tan complejos como el agua, los bosques o la biodiversidad.

Al igual que la investigación biomédica busca remedios en la biodiversidad, el trabajo de Ostrom sugiere que la economía y la política harían bien en indagar, con la profundidad y medios adecuados, en el patrimonio cultural y social del mundo rural, que puede ofrecer soluciones verdaderamente sorprendentes.

Mientras que “gobernar” hace referencia a mandar con autoridad, la gobernanza alude a que los gobernantes, los políticos y la sociedad civil, a través de las instituciones, sean capaces de entenderse inteligentemente en beneficio de todos. No parece que sea éste el camino que está tomamdo la política del agua en España. El reciente Decreto-Ley 12/2011 de 26 de agosto, aprobado por el Consejo de Ministros, modifica el artículo 94 de la Ley de Aguas contemplando la posibilidad de traspaso competencias, desde la Administración General del Estado a las Comunidades Autónomas, en relación con el Dominio Público Hidráulico. Habiendo tenido escasa o nula repercusión mediática, ha despertado, sin embargo, una gran preocupación en los sectores afectados. España cuenta con una extraordinaria experiencia y reconocimiento mundial en materia de política y administración pública del agua. No en vano fuen en Zaragoza, en 1913, donde se propuso la innovadora idea de institucionalizar la cuenca de un río, el Ebro. Esta idea, sin duda herencia del pensamiento de Joaquín Costa, se materializó en 1926 con la creación de la primera Confederación Hidrográfica del mundo, la del Ebro. Hasta entonces la cuenca fluvial, obviamente única, era un concepto puramente físico y geográfico. A partir de entonces, la cuenca fluvial pasa considerarse como una unidad de gestión. Esta idea, la de unidad de gestión de cuenca, se ha convertido en un principio universalmente aceptado que recoge la Directiva Comunitaria Marco del Agua así como multitud de manifiestos y declaraciones de todo tipo en todo el mundo. Entre ellos la Carta de Zaragoza de 2008 que literalmente señala: “La unidad de cuenca hidrográfica es el ámbito territorial más eficiente para aprovechar el agua y el que mejor permite resolver el conflicto entre países, regiones o usuarios”. La Constitución Española de 1978, en su artículo 149, establece la competencia exclusiva del Estado sobre la legislación, la ordenación y concesión de recursos y aprovechamientos hidráulicos cuando las aguas discurren por más de una Comunidad Autónoma. Sin embargo este principio tan claramente expresado por nuestra Carta Magna está viéndose amenazado por una secuencia de decisiones políticas cada vez más preocupantes. La consideración de las llamadas Cuencas Internas en diferentes Comunidades Autónomas fue un primer paso hacia la fragmentación y segregación del esquema hidrográfico español inicial. Por la diversidad de organismos en que ha resultado y la dificultades que ha credado no puede considerarse un proceso ejemplar. El segundo paso lo dan los Estatutos Autonómicos que, por lo general, muestran una excesiva ambición en relación con el agua en tanto que pretenden administrarla en función exclusiva de los intereses de su territorio. Intereses legítimos, obviamente, pero que limitan el interés general al que debe someterse un recurso que, como el agua, es global. Y de aquellos polvos surgen estos lodos. El Decreto-Ley referido es un tercer paso, desde luego no definitivo, pero que promete crear más problemas que soluciones. Un tercer paso con el que nuestros políticos parecen empeñados en desarmar un modelo cuya eficacia ha sido admitido y adoptadao por la UE así como por muchos otros Estados en todo el mundo. Confienemos en que nuestros políticos y administradores públicos estén a la altura de las circunstancias que determinan nuestros propios referentes históricos así como nuestro valioso patrominio institucional en relación con la gobernanza del agua.

Elinor Ostrom (California, 1933) se convirtió en 2009 en la primera mujer en recibir el Nóbel de Economía “por su análisis de administración económica y organización de la cooperación” afirmando que “su trabajo demuestra que los bienes comunes pueden ser administrados de forma efectiva por un grupo de usuarios.” El reconocimiento del trabajo pionero de E. Ostrom por parte de la Academia Sueca ha supuesto un importante hito en la lucha contra los prejuicios acerca de la “tragedia de los comunes”.

Texto incluido en el programa del Tercer Congreso Nacional de Desarrollo Rural celebrado en Zaragoza, en el marco de FIMA, entre los días 15 a 18 de Febrero de 2012.

Publicado por J. Olona en la revista Tecnoambiente, Marzo 2012.

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Ante el reto alimentario que afronta la humanidad se impone considerar, con más acierto y rigor, la estrecha relación existente entre agua, agricultutra y seguridad alimentaria. Cuando el agua y la alimentación están llamadas a jugar un papel decisivo en el orden mundial, es preciso lograr una mayor integración entre política agraria y del agua, que también deben ser más realistas y eficaces.

Vivimos en un planeta que bien podría llamarse Agua en vez de Tierra. Pero siendo abundante, el agua no siempre es accesible. Las diferentes fuentes, desigualmente repartidas en el territorio, proporcionan agua en diferentes estados y condiciones que imponen obstáculos físicos para el uso. Las herramientas tecnológicas, económicas e institucionales disponibles, todavía rudimentarias, resultan ineficaces para remover muchos de los obstáculos y resolver los conflictos. Es por ello que algunos expertos señalan que, por lo general, más que problemas de escasez de agua hay problemas de mala gestión.

La lluvia anual que reciben las tierras emergidas supone un volumen de 110.000 Km3, que es una mínima fracción del agua del planeta (1.400 millones Km3). Algo menos de la mitad de la lluvia (42.000 Km3) acaba en los ríos, lagos y acuíferos (agua azul). El resto (68.000 Km3) la retiene el suelo para evaporarla directamente o a través de las plantas (agua verde). La primera, que por ser objeto de extracción centra toda la atención, es la que desde hace años se ha dado en llamar “agua azul”. La segunda, que suele excluirse de la planificación hidrológica convencional, es el “agua verde”. Ambas, la azul y la verde, son el recurso renovable sobre el que, con los instrumentos tecnológicos y económicos disponibles, inciden los usos actuales del agua

HOEKSTRA & MAKONNEN han publicado recientemente la “Huella hídrica de la humanidad”, que es la cantidad de agua utilizada para producir todos los bienes y servicios consumidos. La han cifrado en 9.087 Km3/año, que representa algo menos del 10% de la precipitación anual. Pero lo más llamativo es que valoran el consumo de agua procedente de los ríos, lagos y acuíferos (huella azul) en 1.025 Km3/año, que es la cuarta parte del agua total extraída (3.800 Km3/año) según la FAO. Esto quiere decir que el agua verdaderamente consumida (evaporada) tan sólo es una cuarta parte de la extraída (utilizada) y que las tres cuartas partes restantes son devueltas a las fuentes tras su utilización. Da la razón a quienes subrayan la diferencia entre “extracción” y “consumo” así como la importancia de los “retornos”, que es el agua devuelta, más o menos contaminada, al sistema hidrológico tras el uso. También sirve de apoyo a quienes advierten el desenfoque de la “crisis del agua”, afirmando que no es un problema de escasez sino de contaminación y falta de inversión.

La agricultura es la principal componente de la huella hídrica total. Los autores citados le atribuyen el 92 %. Mientras que en el caso de los usos industriales y domésticos toda la huella es azul, la huella verde de la agricultura es 7 veces mayor que su huella azul. En realidad, toda la huella verde corresponde a los cultivos. También es destacable el hecho de que siendo tan determinante la agricultura en la huella total, lo es menos en la llamada huella gris (53%), que es la cantidad de agua equivalente para diluir los contaminantes hasta un nivel aceptable.

Los resultados de Hoekstra & Makonnen ponen de manifiesto otro hecho crucial: el consumo de agua del regadío, que aporta el 40% de la producción, tan sólo representa el 12% del agua consumida por la agricultura mundial. Cabe concluir, por tanto, que el regadío es mucho más eficiente que el secano en el uso del agua. Los mismos autores (2011) constatan que el aumento del rendimiento por hectárea, que es lo que aporta el regadío sobre todo en las zonas áridas y semiáridas, reduce considerablemente la huella hídrica.

De todas las necesidades humanas, la más exigente en agua es la alimentación. Hacen falta unos 5 litros diarios para beber. Otros 50 litros más para la higiene personal y no más de 200 litros por persona y día para los servicios urbanos y la industria. Sin embargo, para producir la comida diaria requerida por una persona se necesitan 3.000 litros de agua. No es casual, por tanto, que la agricultura sea la principal responsable de la huella hídrica y de la extracción de agua (70%). No es un problema de derroche; es achacable a la fotosíntesis, un proceso fundamental para la vida que produce biomasa a partir de CO2, luz y mucha, mucha agua: entre 300 y 600 moléculas de H2O para obtener una sola molécula de glucosa.

La política vigente del agua persigue el ahorro y su asignación prioritaria al medio ambiente, en detrimento de la agricultura. Organizaciones como WWF vienen pidiendo desde hace años que se impidan nuevos desvíos de agua hacia la agricultura (Kioto, 2003) ó que se retire el apoyo público al regadío (Ginebra, 2006). La Comisión Europea ha atendido estas peticiones. Prueba de ello es que retiró el apoyo financiero a la creación de regadíos en los Programas de Desarrollo Rural (2007-2013) y propone condicionar el apoyo a la modernización a la reducción del agua utilizada, al menos un 25%, en la programación 2014-2020 tal y como consta en el artículo 46 del Borrador del nuevo Reglamento del FEADER presentado por la Comisión, junto con el resto de propuestas legislativas para la Reforma de la PAC, en octubre pasado ante el Parlamento Europeo.

La política del agua, así como la del regadío, incurre en un doble error. Por un lado, al no distinguir entre extracción y consumo no considera la reutilización de los retornos, que no son verdaderas pérdidas ya que se incorporan al sistema hidrológico para nuevos usos, incluido el ambiental. Consecuentemente, se infravalora la eficiencia real del agua de riego, que siempre es mayor para las cuencas que para las fincas de riego, y se  sobrevalora el potencial de ahorro atribuido a la mejora de los sistemas de riego. Por otro lado, al rechazar la creación de regadíos y obviar que el secano consume agua de forma particularmente ineficiente, renuncia a una importante vía de ahorro de agua, sobre todo cuando la intensificación productiva y el aumento de los rendimientos se hacen más necesarios que nunca.

La manera verdaderamente eficaz de ahorrar agua en la agricultura es reducir la evaporación ajena a los cultivos, que es la que no se traduce en producción de alimentos. Por ejemplo la del suelo, la que se produce en las infraestructuras abiertas de almacenamiento, transporte y distribución del agua de riego o la que generan las malas hierbas. Pero también logrando una mayor producción por gota evaporada, que se consigue elevando los rendimientos. Por ejemplo, mediante la transformación del secano en regadío y la aplicación de otras herramientas agronómicas.

 No hay que equivocarse. Ampliar el regadío, y no sólo modernizarlo, es esencial para mejorar la productividad, la economía rural y la seguridad alimentaria. Pero también lo es para lograr el uso eficiente del agua en un contexto mundial que exige duplicar la producción de alimentos. La cuestión es dónde localizar esos nuevos regadíos, un complejo problema cuya solución no sólo es cosa de eficiencia sino, sobre todo, de equidad y justicia social. Por tanto, de “Política”.

Las Comunidades de Regantes y las Confederaciones Hidrográficas, una aportación netamente española, son parte esencial de la solución institucional para la gestión eficiente del agua de riego, que es un bien económico de naturaleza comunal y no privado ni público.

Ponencia de J. Olona en la Jornada Técnica sobre la Modernización del Regadío en la Comunidad V de Bardenas. Ejea de los Caballeros, 6 de Octubre de 2012.

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Las Comunidades de Regantes son ejemplos de institucionalización de la gestión colectiva o comunal del agua.

El pasado 12 de junio murió Elinor Ostrom, la única mujer premiada con el Premio Nobel de Economía hasta la fecha. Lo obtuvo en 2009 por demostrar que son los propios usuarios quienes mejor administran ciertos recursos, concretamente los comunes. Éstos comparten algunas características con los bienes privados y otras con los públicos, pero se diferencian de ambos. Es el caso del agua, así como el de muchos bosques, pastos y otros recursos naturales que, frente al pensamiento pesimista reflejado en la denominada “, son explotados de forma sostenible y eficiente en todo el mundo mediante fórmulas tradicionales de gestión comunal.

Nacida en California y en el seno de una familia pobre, Ostrom se consideraba hija de la Gran Depresión. Afirmaba que los mercados pueden fallar, pero que las soluciones del gobierno podrían no funcionar. Sobre todo para administrar los bienes comunes, para los que propone la gestión colectiva de los propios usuarios e interesados, organizados en instituciones específicas que propician la cooperación para solucionar sus propios problemas y conflictos de forma negociada. Unas instituciones que no deben regirse por la competencia, como hacen los mercados, ni tampoco por intereses ajenos al recurso administrado y a los directamente interesados, como hacen los gobiernos.

Las Comunidades de Regantes y las Confederaciones Hidrográficas, surgidas en España y exportadas a todo el mundo, son magníficos ejemplos de institucionalización de la gestión colectiva o comunal del agua. En estos organismos son los propios usuarios quienes reparten el agua y resuelven sus propios conflictos. Pero el ejemplo más actual y de mayor éxito basado en la acción colectiva de los propios usuarios, ajena a los mercados y a los gobiernos, es Internet, que se ha convertido, sin duda, en el mayor y más robusto comunal de la Historia.

La impotencia que en estos momentos muestran los gobiernos ante la codicia desmedida de los mercados pone de manifiesto, tal y como advertía Ostrom; el fallo simultáneo de ambas instituciones en relación con los intereses comunes, en este caso los de la comunidad que llamamos Unión Europea. Contemplamos con decepción las dificultades para que Europa avance más allá de un simple mercado común donde aplicar con rigor estrictas normas de competencia. Unas normas que, siendo el fundamento del mercado, obligan a los gobiernos a comportarse como auténticos usureros con sus propios bancos o que impiden avanzar hacia una cadena alimentaria más justa y eficaz, es decir, sin abusos entre el campo y la mesa. Unas normas de competencia que algunos pretenden incluso extender también al reparto del agua y el de otros recursos que por su naturaleza común, no son ni públicos ni privados.

Lo que estamos viviendo, a la luz de las ideas de la Premio Nobel, pone de manifiesto lo desacertado que puede ser aplicar y exigir la competencia donde no se debe. Porque la competencia es requisito de los mercados y de las mercancías, que no lo son todo ni siquiera en economía.

Publicado por J. Olona en Heraldo de Aragón (8-07-2012).

La asignación eficiente del agua exige una institucionalidad muy específica que no aporta, necesariamente, el mercado

El agua de riego es un bien escaso y, por tanto, económico. Pero eso no quiere decir que sea comercial, es decir, que responda correctamente a las leyes de la oferta y de la demanda que rigen los mercados. El agua de riego está sujeta a condiciones de elevada rivalidad y difícil exclusión. Es, por tanto, un bien económico de naturaleza común o comunal; no es un bien privado ni tampco propiamente público. Ello hace que el análisis económico, basado en el paradigma neoclásico de la competencia perfecta, no asegura la fiabilidad y utilidad necesarias. Por ello se aboga por otro marco teórico alternativo que, basado en la cooperación y la negociación, representen mejor los mecanismos de asignación eficiente.

Publicado por J. Olona y M.A. Horta en la Revista Española de Estudios Agrosociales y Pesqueros, nº 227, 2010 (11-47).

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Los Ingenieros Agrónomos proponen a la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) que lidere el proceso de innovación y desarrollo institucional necesario para lograr una gobernanza avanzada de los usos rurales del agua.

El Colegio de Ingenieros Agrónomos de Aragón, Navarra y País Vasco, en noviembre de 2012 y en el marco de la información pública del Proyecto de Plan Hidrológico de la Cuenca del Ebro, presentó una propuesta, también apoyada por los Colegios de Ingenieros Técnicos Agrícolas de Aragón y de Ingenieros Agrónomos de La Rioja, centrada en las siguientes ideas:

  1. La CHE fue el primer órgano de cuenca creado en el mundo (1926) lo que, junto con la importancia de la propia cuenca, le otorga una visibilidad nacional e internacional que justifica su liderazgo.
  2.  El nuevo Plan Hidrológico y las prioridades estratégicas de la Comisión Europea, ambientales y de innovación, relacionadas con el agua  y desarrolladas mediante el Plan de acción para salvaguardar los recursos hídricos en Europa y las Asociaciones Europeas para la Innovación, ofrecen la oportunidad y la necesidad de promover no sólo avances tecnológicos sino también político-institucionales.
  3.  La gobernanza del agua exige mejoras en el conocimiento pero también en las capacidades y habilidades que impulsen la eficacia, la transparencia y el liderazgo.
  4.  El medio rural concentra las fuentes del agua así como los usos productivos y ambientales más significativos, y en este contexto se debe avanzar en su uso eficiente y en la garantía de calidad de las aguas.
  5.  El agua resulta esencial para la seguridad alimentaria y el desarrollo del complejo agroalimentario. También es vital para afrontar los retos energéticos y consolidar un modelo de economía baja en carbono y resistente al cambio climático.
  6.  El contexto mediterráneo exige una política del agua que integre, de forma más específica, realista, equilibrada y eficaz, los dos enfoques de gestión de la demanda y de la oferta, necesarios para afrontar con éxito los diferentes retos e intereses ambientales, sociales y económicos.
  7.  La asignación y uso eficiente del agua exige instituciones específicas que generen lincentivos coherentes con los objetivos, anteponiendo la cooperación, la acción colectiva y la descentralización a la competencia, el mercado y la  intervención pública.
  8.  Es preciso asegurar la participación efectiva y responsable de los usuarios y de representantes de la ciudadanía, profundizando en la institucionalización de los procesos de  negociación y concertación en los que debe traducirse la cooperación.
  9.  Las Comunidades de Usuarios, las Confederaciones Hidrográficas y el principio de unidad de cuenca aportan fundamentos institucionales de gran valor, que permiten  afrontar los retos del siglo XXI y ser referentes europeos si se aborda un proceso de impulso y desarrollo institucional coherente con las nuevas exigencias y necesidades.  

Descargar documento del COIAANPV pdf.

Fuente del documento (elaborado por la Comisión de Agua y Seguridad Alimentaria del COIAANPV): http://www.coiaanpv.org/es/menu-superior/noticias/contenido-noticias/el-colegio-presenta-sus-observaciones-al-phce-2012-2015/id/1648